30 de noviembre de 2015

Como y por que comencé el Movimiento Internacional Casino Para Todos. 1ra parte.

Yoel Marrero Bailando en Japón
Siempre me gusto bailar Casino desde niño cuando lo descubrí por primera vez a los 8 años en el Programa de TV “Para Bailar”. Yo me esmeraba frente al televisor en blanco y negro por seguir los pasos y tratar de bailarlo con elegancia como lo hacía el gran Rosendo, o Ángel Santos, y también el Son como lo hacia el gran maestro Silvio, el rey de los tornillos. 

Para ello trabajaba mucho en depurar mis pasos y evitar los llamados regueros. Mis hermanos y yo éramos  hijos de una familia de Karatekas y lo mismo que hacíamos por depurar las técnicas en el arte marcial lo hacíamos por limpiar nuestro Casino y ser el centro de atención de las fiestas.

Ya de grande y movido por el interés en las artes marciales me hice profesor de idioma Japonés y finalmente me fui a vivir a Japón. 

En la búsqueda de mi identidad como cubano siempre me mantuve bailando y note que allí en Japón existía un estilo deformado muy alejado de lo que siempre conocí como Casino y decidí crear un grupo de gente con las que yo pudiera bailar los fines de semana sin tener que cambiar mi estilo cubano o ajustarlo a la mal llamada “salsa”, o sea: muchachas que me siguieran al bailar, les hiciera yo “la vuelta” que les hiciera y amigos que pudieran seguirme en las ruedas cantara yo las vueltas que cantara. Y así lo hice.
Todo esto me llevo a crear un método que reprodujera exactamente lo que yo traía de Cuba grabado en mi cuerpo.

Como era editor de imágenes de video aproveché mi trabajo y superpuse innumerables videos de mis buenos amigos casineros de mi barrio y la universidad en Cuba y me di cuenta de las piezas o pasillos que se repetían periódica e indistintamente de  las figuras que se ejecutaban con los brazos. Esa serie de 6 pasos en ocho tiempos musicales los organice sistemáticamente y cree un modelo geométrico que nombré  primeramente como Método de la Silla y luego MCC (Método del Cuadro de Casino)  dejándolo plasmado en mi libro "Casino Dance Handbook" cuya primera edición publique en Japonés.

Todo esto comenzó a darme cuenta de que había una estructura espacial característica que definía al Baile de Casino y que lo diferenciaba de la llamada “salsa en línea”. Puse a cada alumno a bailar alrededor de una silla para que aprendieran las primeras 35 piezas básicas o unitarias de 8 conteos musicales que yo había “encontrado” cortando videos y el resultado al ponerlos a bailar en pareja fue sorprendente. Ni yo mismo me lo creía.

Mis alumnos japoneses bailaban tan limpio y elegante como cualquier buen bailador cubano y además respetando la estructura del Casino que se estaba perdiendo por la deformación y degeneración provocada  por la difusión de innumerables videos instructivos que circulan por el mundo enseñando un casino deformado y mezclado que no existe en Cuba; y que han comercialmente renombrado “Salsa Casino Miami Style”.

Después de muchos años  pensándolo, y al ver que cada día más se expandia la confusión mundial entre el verdadero Baile de Casino Cubano y la sub-version Salsa Casino Miami Style ,  decidí mudarme de Tokyo a Miami para  hacer mi trabajo aquí donde se ubicaba el origen de la confusión.

Mi misión es “Difundir el Baile de Casino Cubano y conservarlo para las generaciones posteriores”.

Después de llegar a Miami recorrí todos los locales donde se baila y enseña la llamada Salsa Casino Miami Style y me percate de que hay mucho trabajo por hacer. He podido constatar que la mayoría  de los cubanos desean conservar la tradición como elemento de identidad y también muchísimos latinoamericanos no se conforman con la salsa comercial bailada en línea y están deseosos de aprender el Casino real y autentico.

Estoy seguro de que como mismo la Tumba Francesa, transmitida de generación en generación por familias de Santiago de Cuba, Guantánamo y Holguín hoy en día esta declarada Patrimonio Cultural Oral e Intangible de la Humanidad por la UNESCO, el Son Cubano y su versión contemporánea: el Baile de Casino, por la universalidad probada con que cuentan, también serán declarados “Patrimonio” en  un futuro no muy lejano en la medida de que seamos capaces de conservarlos y transmitirlos intactos y puros a las próximas generaciones y al mundo.

Para ello se ha creado el Movimiento Internacional Casino Para Todos.

By Yoel Marrero.


25 de noviembre de 2015

El diamante y el trozo de carbón en el Baile de Casino. Estilo Clásico.


"Después de un beso" en Club de los Soneros

El diamante está hecho de Carbono, exclusiva y únicamente de Carbono, exactamente del mismo elemento que constituye un trozo de carbón prieto y deforme que tizna y embarra todo lo que toca por ser amorfo y débil en su entraña y por eso es fácilmente excluible, quitable, borrable, removible de las superficies a las que temporalmente se adhiere. 

El diamante es extremadamente duro y por eso corta el vidrio que es también un material amorfo como el carbón aunque parezca que brilla y que es duro. El diamante brilla con perfección óptica porque en su estructura interna yace de modo invisible para los terrenales una formación atómica perfecta. 

El núcleo del movimiento Casino Para Todos se construye con diamantes duros y brillantes no con pedazos amorfos en su entraña y sucios y ensuciantes como los trozos de carbón que van y vienen. 

Un trozo de carbón se hace de leña barata, se quema y desaparece el diamante es eterno porque es perfecto. La humanidad mejora con la superación personal que sumados crean los grandes saltos de calidad. El conformismo solo retrasa los saltos. 

Mejora tu entorno, tu pequeña burbuja social y tu universo personal trabajando en tu estructura. Mejórate y mejora a los demás. Aunque no puedas cambiar el mundo lleno de trozos de carbón que se queman y levantan humo tóxico, sacúdete del tizne y organiza tu estructura atómica y luego corta y brilla aunque sea desde el fondo de una cueva. 

Ya llegará el momento de picar vidrios y hacer telescopios gigantes que le permita la gente mirar mas allá de la montaña de carbon combustible. El vidrio no es cristal y mucho menos diamante y el carbon no deja huellas sobre el diamante y ni siquiera sobre el vidrio.


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